LA HISTORIA DE LOS ÚLTIMOS JUDÍOS DE RODAS
* INFORMACIÓN OCULTADA
Clementi, un historiador especializado en las zonas de ocupación italianas en la Segunda Guerra Mundial investigó y escribió un libro sobre una historia relacionada con un capítulo oscuro que tuvo lugar en la isla de Rodas durante la primera mitad del siglo XX.
Este hecho ha sido conocido gracias a la perseverancia de un ex empleado del Estado griego que no se cansó de declarar y finalmente escribir lo que sabía: que en la sede principal de la policía de la isla había una habitación cerrada que contenía muchos archivos viejos, y que nunca se abrió ni aireó ni se verificó su contenido.
Durante casi 10 años permaneció en la misma condición, hasta que un nuevo administrador, Eirini Tiliou, fue nombrado jefe de los archivos estatales de la isla y el historiador Marco Clementi mientras realizaba una investigación en Rodas se enteró de los rumores sobre la puerta cerrada. Sintió mucha curiosidad por saber qué clase de documentos había allí, de modo que envió una carta ofreciendo su ayuda a los archivos locales. El director de los archivos le pidió su ayuda y juntos fueron a la jefatura de policía “fue un momento muy emotivo el poder abrir la puerta”, contó el historiador. El lugar contenía registros de una unidad especial de los carabineros italianos, una división de la policía fascista, que trabajó en Rodas de manera similar a como lo hizo más tarde la Stasi alemana.
Cuando entró no podía creer en lo que veía, Clementi recuerda vívidamente lo que hallaron allí: una habitación con una pared derruida, lo que había estado apoyado contra de ella estaba irremisiblemente perdido. Todo lo demás, sin embargo, estaba intacto. Cerca de 90,000 documentos en estanterías, cajas y carpetas marrones etiquetados en lápiz de color azul, amarillo y rojo. El testimonio de lo que una minuciosa burocracia hacía tiempo había olvidado u ocultado.
Estos documentos pertenecen al período transcurrido entre los años 1912 y 1946, el período de tiempo en que Rodas había estado bajo la soberanía italiana; la ocupación de las islas del Dodecaneso fue parte de la política de colonización de Italia. Pero desafortunadamente, durante un período corto pero fatal, al final de la Segunda Guerra Mundial, la isla cayó bajo el yugo alemán. Los documentos incluyen información sobre muchas de las aproximadamente 100.000 personas que anteriormente vivían en la isla: sobre su vida social y económica, sus amigos y enemigos y sus opiniones con respecto a los diferentes gobernantes de la época. Un tesoro para los historiadores.
Bajo la dictadura fascista, los llamados “enemigos del Estado” fueron incluidos en listas negras en todas partes, incluida Rodas, los carabineros crearon archivos sobre espías, sospechosos políticos, hábitos de los habitantes y su religión: musulmanes, católicos, ortodoxos y judíos. Los archivos que los carabinieri llamaron “Di razza ebraica” (de raza judía) y “Comunita israelitica di Rodi” (Comunidad Israelita de Rodas) se convirtieron en un material de gran interés para los alemanes cuando tomaron la isla.
Clementi cuenta que leyó cartas en papel amarillento en el que la gente que tenía que abandonar esta hermosa isla escribía buscando asilo en algún lugar, en cualquier lugar: en Francia, Inglaterra,Turquía, África o las Américas”. Hay muchas fotos históricas, retratos e imágenes familiares. Ahora están guardados en una antigua bóveda protegida de la luz natural, en un edificio que está en muy mal estado. Clementi pasó muchos meses organizando los documentos, pero no pudo pedir fondos ni siquiera para nuevas carpetas de archivo debido a la falta de fondos en el Archivo Estatal Griego.
La comunidad judía de Rodas fue una de las más antiguas de la región, con orígenes que datan del siglo II a.n.e. Sobrevivió a la persecución y la expulsión que les impusieron los Caballeros de San Juan, y aunque fue diezmada, floreció durante el período otomano. Al comienzo de la ocupación italiana, la comunidad estaba compuesta aproximadamente por 4.500 personas, y se adaptó bien al cambio de soberanía.
En poco tiempo, el nuevo gobernador, ferviente seguidor del dictador fascista Mussolini, identificó algunas categorías de ciudadanos como elementos perturbadores. Al principio, los maestros griegos, turcos y judíos perdieron sus trabajos y fueron reemplazados por los italianos. Luego, en 1938, con la declaración y la implementación de las “Leyes raciales”, todos los judíos que se habían convertido en ciudadanos italianos después de 1919 tuvieron que renunciar a su ciudadanía y abandonar el territorio italiano. Eso afectó a cientos de los que habían llegado a la isla con la caída del Imperio Otomano. En seis meses se les dijo que dejaran la isla. En su angustia, los judíos escribieron aquellas cartas que Clementi ahora descubrió. Pidieron al gobierno británico y francés que les permitiera encontrar refugio en la isla de Chipre gobernada por los británicos o en las colonias francesas del norte de África.
El 11 de septiembre de 1943, la Wehrmacht alemana ocupó Rodas (y las otras islas) y encarceló al último gobernador italiano, Inigo Campioni. “Por lo tanto, la isla cayó bajo la autoridad del ejército alemán, pero la administración civil siguió siendo italiana”, explica Clementi. Y estos documentos lo confirman. Para entonces aproximadamente 1.800 judíos se habían quedado en la isla Lo que sabemos es que en julio de 1944 los alemanes usaron esta lista italiana para reunir y deportar a los judíos que quedaban en la isla.
De los 1767 judíos deportados de Rodas y la vecina isla de Kos a Auschwitz, solo 163 sobrevivieron. Los informes de los pocos sobrevivientes describen cómo fueron convocados el 20 de julio de 1944. Durante tres días fueron encerrados en las habitaciones y el jardín de la sede de la Aviación italiana, sin comida ni agua. Un italiano que estaba regando sus flores en el jardín de al lado y sostenía la manguera de agua sobre la pared para ayudarlos, recibió un disparo al instante. Solo el joven cónsul turco pudo salvar a 43 judíos de la deportación debido a su ciudadanía. Todos los demás fueron transportados en tres barcos de carga a la ciudad portuaria de El Pireo y luego a un campamento en Atenas, desde donde fueron enviados en trenes a Auschwitz.
Hay otras historias poco conocidas, incluidas las de los dos botes (el Rim y el Pentcho) en ruta a Palestina, que naufragaron en las costas de Rodas, no muy diferentes a los que vemos hoy llenos de refugiados. Llevaban a cientos de judíos húngaros, austriacos y de Checoslovaquia que huían de la Alemania nazi. Después de naufragar, fueron traídos y recluidos en Rodas. Muchos de ellos eventualmente llegaron a su destino, Palestina, otros fueron transportados a los campos de internamiento peninsulares italianos y escaparon al destino de sus correligionarios de la isla.
Los crímenes que cometieron los alemanes en Grecia, las masacres de civiles en las aldeas en el continente y en Creta, el exterminio de los judíos en Salónica, es una historia que se difundió no hace demasiado tiempo. Como en Alemania, nadie en Grecia quería saber sobre estas atrocidades. Existía una lista, en seis páginas con cinco columnas, donde cada una contenía una lista exacta de los judíos que se hallaban allí que fue compilada por los italianos, eso nadie lo sabía. Tal vez solo sea un detalle histórico, pero extraordinario, un documento deprimente de los últimos días de los judíos de Rodas. Esta lista de muerte fue escrita en el reverso de los formularios oficiales para los registros de nacimientos.
Como si no fuera suficiente descubrir los documentos en la jefatura de policía, Clementi también localizó los registros, en el archivo del Estado, que documentan la cooperación italo-alemana después del Armisticio, por lo tanto, cuando el gobierno italiano ya se había rendido a los Aliados. Hubo un descubrimiento fortuito más y una pieza de las más valiosas de esta historia. Es una lista de 1661 nombres, mecanografiados, meticulosamente numerados, con solo el número de 181 desaparecidos. Ya sea a propósito o por casualidad, nadie lo sabe.
Carmen Cohen, que dirige la pequeña comunidad judía de Rodas, tiene su oficina al lado de la bellamente restaurada sinagoga en el casco histórico, conocida por su encanto medieval. Anteriormente existían seis sinagogas, solo una ha sido restaurada. “A veces los alumnos griegos, que visitan este lugar de culto judío, piensan que tienen que quitarse los zapatos, como en una mezquita”, relata Cohen. “Hay tanta ignorancia de las prácticas religiosas judías”.
Pero hay supersticiones profundamente arraigadas. Cuando en la norteña ciudad griega de Kavala se erigió un monumento que conmemoraba a los 1484 judíos que fueron deportados a Treblinka en 1943, hubo protestas en el consejo municipal contra la representación de la Estrella de David. Algunos griegos piensan en la Estrella de David como una señal del diablo. La ceremonia tuvo lugar después de las protestas internacionales. Carmen Cohen está familiarizada con esto.
La columna de granito erigida en 2002 en memoria de los judíos asesinados de Rodas ha sido dañada varias veces. La columna se puede encontrar en la Judería, el antiguo corazón del barrio judío en el casco antiguo, entre tiendas de souvenirs y bares para turistas. “La mayoría de las casas y tiendas aquí solían pertenecer a judíos”, dice Cohen. Hoy esas propiedades les pertenecen a otros, a veces a la ciudad o al Estado. Cohen cree que son los responsables de que la puerta haya permanecido cerrada durante tanto tiempo, “hasta que las ratas coman las cajas con los archivos”.
Fuente: ANSA Cultura Patrizio Ni ssirio
Tradujo Alicia Benmergui
Hola Carmen Cohen. Mi nombre es Riaardo Sami Bega. Surmani. Vivo en Argentina Nací en 1937 Soy médico y me interesaría contactarme ya que mis padres era de Rodas. Saludos Cordiales.