A 113 años del progrom de Kishinev 06/04/1903
“RÍOS DE SANGRE JUDÍA EN KISHINEV”
Hace 113 años, el 6 de abril de 1903, la Comunidad Judía de Kishinev sufrió dos días de violencia callejera que impactaron al mundo y cambiaron el curso de la historia judía. Provocado por un libelo de sangre medieval, gracias a las nuevas tecnologías de la época, apareció en toda la prensa mundial con grandes titulares. El pogrom de Kishinev fue el último de la Edad Media y la primera atrocidad del siglo XX. Este hecho y la ola mundial de indignación judía que provocó, crearon las bases del moderno Estado de Israel, dio a luz a un activismo judeo- estadounidense contemporáneo y ayudaron a provocar la caída del régimen zarista.
Kishinev, la capital de la provincia zarista de Besarabia, la actual República de Moldova, era una ciudad de unos 125.000 habitantes, donde casi la mitad de ellos eran judíos. Las tensiones étnicas se expandieron rápidamente durante la primavera, gracias a una campaña ruidosa, de meses de duración de la incitación antisemita por parte de los nacionalistas locales.
Los disturbios comenzaron el domingo de Pascua, después de que se propagaran rumores a través de la ciudad de que un cristiano había sido asesinado por judíos en un asesinato ritual. Las turbas desataron su furia en los barrios judíos durante dos días de incendios, destrucciones, violaciones y matanzas. Cuando todo terminó, habían muerto 49 judíos, 500 fueron heridos, 1.300 hogares y negocios fueron saqueados y destruidos y 2.000 familias quedaron sin hogar,además de las numerosas violaciones.
El conocimiento de la brutalidad de estos hechos se difundió a través de Rusia y por todo el mundo. León Tolstoi se expresó. Se llevaron a cabo manifestaciones masivas en París, Londres y Nueva York. Los gobiernos occidentales protestaron por la aparente complicidad de la policía del zar, que se había negado a intervenir pese a las repetidas peticiones. El Forward dio la noticia con un gran titular: “Ríos de sangre judía en Kishinev.”
Desde las inmediaciones de Odessa, el gran centro de la cultura judía de Rusia, el joven poeta hebreo Jaim Najman Bialik fue enviado a Kishinev en una comisión comunitaria judía para entrevistar a los sobrevivientes e informar de primera mano sobre el baño de sangre. Antes de volver a casa compuso uno de sus poemas más poderosos, “En la Masacre”, con su inolvidable grito que decía que ni el mismo Satanás podía perdonar la muerte de un niño. Un año más tarde Bialik está dispuesto a publicar su obra maestra épica, “La Ciudad de la Masacre,” una condena candente sobre la pasividad judía
El poema de Bialik cayó en oídos atentos. En todo el Imperio Zarista jóvenes judíos, galvanizados por los acontecimientos, tomaron el poema como una llamada a las armas y se organizaron en unidades de autodefensa, la mayoría dirigidos por partidos socialistas o sionistas en ciernes. Miles se lanzaron a los movimientos revolucionarios, decididos a derribar el régimen zarista asesino. Su rabia y energía dieron un nuevo impulso al movimiento revolucionario y condujeron directamente a la revolución rusa abortada de 1905, que a su vez preparó el escenario para el cataclismo de 1917.
Otros, desesperados de que existiera algún futuro para los judíos dentro del Imperio Ruso se fueron a Israel en una ola inmigratoria que vendría a ser conocida luego como la Segunda Aliá. Influidos por el socialismo, dirigidos por jóvenes radicales como David Ben-Gurion y Yitzhak Ben-Zvi, los pioneros se dedicaron a rehacer el asentamiento sionista en Palestina sobre una base de mano de obra y autodefensa judía. Impulsados por las visiones de Kishinev y la vergüenza de la pasividad judía, crearon los kibbutzim, las ciudades y las fábricas, las milicias y los partidos políticos que fueron la piedra angular del moderno Israel.
De hecho, la imagen de pasividad judía fue en gran parte falsa. Las declaraciones de testigos del pogrom cuentan una historia muy diferente. Aquí está un informe de primera plana del Forward del 24 de abril:
Armados con cuchillos y machetes, los asesinos irrumpieron en los hogares judíos, donde comenzaron apuñalar y matar, cortar cabezas y golpear a las mujeres frágiles y niños pequeños. Si la perversa multitud enfurecida hubiera atacado una ciudad judía en algún lugar de Volin o Lituania, miles de Judíos hubieran muerto en el plazo de una hora. Pero los judíos de Kishinev eran duros, sanos y fuertes como el hierro y sin miedo. Cuando los asesinos pogromistas comenzaron su terrible masacre, los niños y los judíos llegaron corriendo y pelearon como leones para proteger a sus hermanos y hermanas más débiles y de edad avanzada. Incluso las chicas jóvenes se comportaron con un heroísmo increíble. Defendieron su honor con una fuerza sobrenatural …. Los judíos, sin embargo, lucharon con sus propias manos y los asesinos, armados con machetes y cuchillos, fueron cebados para aniquilar y diezmar a toda la gente del pueblo judío. Bialik había cometido un error.
Así es como el historiador Dubnow recordó la noche en sus memorias: “Era la noche del 7 de abril de 1903. Debido a que en Rusia era Pascua, los periódicos no se habían publicado en los dos días anteriores, de modo que nos quedamos sin noticias del resto del mundo. Esa noche, el público judío se había reunido en el Beseda Club, para escuchar la conferencia de un joven sionista, el “niño maravilla” de Odessa Vladimi
La mayoría de los judíos lo único que quería era huir del osario del zar. La emigración a América que ya era muy importante aumentó a más del doble para el final del año. En Estados Unidos, los judíos se vieron frente a una marea humana, dando lugar a un crecimiento explosivo de la filantropía judía y agencias de servicios sociales. Cuando Rusia lanzó su guerra perdida contra Japón al año siguiente, el filántropo judío de América, el banquero Jacob Schiff, se ofreció a suscribir bonos de guerra de Japón y financió personalmente la derrota de Rusia. Schiff y otras figuras prominentes, hombres de negocios judíos entraron en una serie de negociaciones que llevó tres años después a la fundación del a American Jewish Committee, del que se dijo que era la primera vez que en el mundo moderno se había hecho lobbypara la defensa de los Derechos Humanos.
El presidente Theodore Roosevelt recibió a los integrantes del American Jewish Committee invitando a su máxima figura conocida, el ex diplomático Oscar Straus, para convertirse en su secretario de Comercio y Trabajo, el primer judío en integrar un gabinete de Estados Unidos. “Quiero mostrar a Rusia y algunos otros países,” Roosevelt escribió a Straus, “lo que pensamos de los judíos en este país.” (Diríamos que había mucho antisemitismo en Estados Unidos también. N.del.T)
El historiador Rufus LEARSI escribió una vez que el pogromo de Kishinev en 1903 debe ser visto como “un ensayo general” para la ola mucho más sangrienta de la violencia antisemita que dos años más tarde, después de la revolución de 1905, dejó unos 3.000 judíos muertos. Pero esta violencia fue sólo un ensayo para la furia genocida que se desencadenó en la guerra civil rusa en1918, en la que las milicias de Ucrania dirigidas por Simon Petlura masacraron hasta 200.000 judíos. Y eso, por supuesto, fue sólo un ensayo general para el Holocausto. Al igual que en su tiempo Kishinev, el Holocausto fue tomada por los sobrevivientes y herederos como una lección objetiva de la capacidad humana para el mal y el deber judío de levantarse y luchar.
Sin embargo, para todas las lecciones, ya sea en Kishinev o en Auschwitz, las atrocidades del siglo XX parecen ser poco más que precursoras para la próxima, como ensayos generales para nuevos y mayores horrores Sólo las tecnologías mejoran. El molde se encuentra en Kishinev.
Fuente: http://forward.com/articles/
¿Podrían decirme la fecha exacta en la que el Besarabets publicó el relato de la muerte de Mikhail Rybachenko? Necesito este dato para un trabajo que estoy realizando. Gracias de antemano.