LOS JUDÍOS DE DURAZNO, URUGUAY
* OTRAS HISTORIAS DE INMIGRANTES
El presente trabajo monográfico es el resultado de una investigación sobre la presencia de familias de origen judío en la ciudad de Durazno, en un período que abarca entre el año 1934 y los primeros años de la década de 1980.
La memoria reconstruida a través de testimonios varios ha sido la principal fuente de acceso a la historia de este núcleo de inmigrantes que participaron de la vida de nuestra comunidad.
Es además, una sencilla contribución a la tarea de desentrañar el pasado con la intención de descubrir ciertas facetas ocultas u olvidadas en el presente, en el entendido de colaborar con la construcción de nuestra identidad cultural, tan cosmopolita como diversa.
La inmigración judía en Uruguay se puede dividir según su origen en los judíosaskenazi, procedente de los países de Europa Oriental, y que constituyen la mayoría, superior al 60%; el grupo sefaradim emigrado de Cercano Oriente, alcanza el 20%. Algo inferior en los números relativos es el grupo de judíos de lengua alemana, mientras que los contingentes menores están integrados por judíos de origen húngaro.
Durazno, a fines de la década de 1930 – la década del Centenario, así llamada por conmemorarse en ese año un siglo de la primera Constitución que tuvo el país – era una conformación urbana de vida sencilla y apacible que había adquirido el estatus de ciudad en 1906 bajo la presidencia de José Batlle y Ordóñez.
La población había sido fundada el 12 de octubre de 1821 por el Gral. Fructuoso Rivera.
Según el censo de población del año 1908, Durazno contaba con 42.3157 habitantes, de los cuales una gran mayoría estaba concentrada en el medio rural. De ese total de población del departamento 14.5/1000 constituían la población económicamente activa.
Durazno es uno de los lugares del interior donde logran afincarse varias familias judías que conformarán un núcleo sólido en lo social, desde el punto de vista de su vida como comunidad, en especial teniendo en cuenta su naturaleza étnica y su carácter de inmigrantes en un país que los acogió desde el siglo XIX.
La inmigración judía en Durazno se puede ubicar entre los años de mediados de la década de 1930, hasta la década siguiente, aunque Miguel Feldman en su trabajo “Tiempos difíciles – Inmigrantes judíos en Uruguay – 1933- 1945”, agrega la presencia de comerciantes de origen judío, de apellidos Schwartz y Stern 11 en esta ciudad, antes del año 1933.
El grupo de familias que llegan a Durazno, entre 1934 y 1939, está constituido por inmigrantes provenientes de Polonia, Europa central (Rumania y Hungría, principalmente, y del norte europeo (Lituania).
Las familias que integraron esta pequeña comunidad de inmigrantes se integraron de inmediato a la vida de la capital del Yí, hasta la década de 1980 fueron: Sokolsky, Mendelsohn, Ziegler, Gra¬nestein, Ryzowy, Mijailovich, Oltars, Eff, Confino, Bron y Bekerman, entre otros.
El primero en arribar en 1934 fue Isaac Ryzowy, en 1935 se asienta en esta ciudad con comercio Isaac Mendelsohn, en 1936, Moisés Granestein, luego Abraham Bekerman, en 1939 Abraham Sokolsky con la mueblería, y a principios de la década de 1940, Gedale Bron.
Las familias citadas conformaron una comunidad que no por ser pequeña dejó de tener importancia en el ámbito comercial donde principalmente se movieron, también en lo social.
Los primeros judíos se insertaron en la sociedad duraznense de entonces no con ciertas dificultades como por ejemplo, el idioma, las costumbres, etc., pero al paso del tiempo también seguramente, por la aceptación de la gente de la época se vieron como parte de esta misma sociedad.
Animadores del ámbito comercial de entonces, se establecieron en esta ciudad buscando paz y un futuro para sí y para las generaciones que vendrían después.
Como el de tantos inmigrantes, su aporte ha sido sustancial para continuar construyendo nuestra identidad cultural, nuestra forma de ser y de actuar, tan cosmopolita como diversa.