LOS LIVORNESES QUE SE FUERON A TÚNEZ

Los Sefaradíes Tunecinos de Origen Italiano

Antiguo barrio de los judíos livorneses – Tunez

Trece familias de origen español de Livorno, empobrecidas por todas las circunstancias que habían atravesado desde la llegada de las tropas napoleónicas y el bloqueo inglés, y temerosos de las revueltas organizadas por sacerdotes fanáticos, decidieron emigrar a los países musulmanes. Los livorneses habían mantenido vínculos comerciales y familiares con los países musulmanes desde los tiempos de la España musulmana y muchos habían hablado árabe durante siglos.

Estos fuertes vínculos con el mundo musulmán fueron posiblemente una de las razones por las que los astutos Médicis habían favorecido y estimulado la presencia de los  judíos Livorneses, porque ellos facilitaban el continuo y fructífero comercio con África del Norte y el Imperio Otomano. Tan tempranamente como a principios del siglo XVI, uno podía encontrar en Túnez a un rabino llamado Lumbroso y, entre otros un comerciante Jacob Nunes quien también mantuvo una casa en Livorno; otros Nunes tenían casas en Rosetta, Egipto y Alepo, Siria.

El vínculo de larga data entre Livorno y Túnez fue reforzado por la autorización de losMedici que permitía que los cristianos nuevos de España pudieran viajar a Túnez para el ritual de la circuncisión. Esto se hizo para evitar el resentimiento de la Inquisición en las cercanas Pisa y Roma, que siempre estuvo dispuesta a castigar a los apóstatas, como consideraban a los cristianos nuevos que retornaron al judaísmo..

Todo esto nos ayuda a entender mejor por qué los livorneses decidieron instalarse en Túnez a finales del siglo XVIII y por qué permanecieron allí hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Las ketubot tunecinas (contratos de matrimonio) muestran los nombres de las familias de Túnez provenientes de Livorno a principios y fines del siglo XVIII.

El Shuq El Grana es el barrio de los livorneses de la Medina, la ciudad antigua de Túnez, Grana (significa livorneses en árabe). La comunidad portuguesa de Túnez era distinta de la comunidad tunecina y mantuvieron separados sinagogas y cementerios. Las dos comunidades compartieron relaciones amistosas y conflictivas. Los judíos tunecinos (Touansa) consideraban muy orgullosos y pretenciosos a los livorneses, estos por su parte consideraban muy primitivos a los Touansa. Es cierto que hubo grandes diferencias de riqueza y costumbres entre estas poblaciones judías. Pero los soberanos de Túnez – Beys – dieron la bienvenida a los livorneses que tenían numerosas habilidades como comerciantes internacionales, administradores, médicos, industriales etcétera. Un livornés, el General Valensi, incluso se convirtió en el comandante en jefe del ejército tunecino; mientras que un comerciante, Emmanuel Núñez, fue Ministro de finanzas.

Livorno Trabajando con coral

Un censo llevado a cabo por el gobierno italiano en 1943 mostraba que el 80% de la industria tunecina perteneció a familias de origen livornés. Los livorneses se convirtieron en los líderes culturales y económicos de la población italiana más grande de Túnez, compuesta en su mayoría por sicilianos que llegaron escapando de la terrible pobreza de la isla. Un Moreno fue Presidente de la Dante Alighieri – la sociedad cultural italiana y de la cámara de Comercio italiana. Un Núñez fue Presidente de la caridad italiana para los pobres y permaneció como un miembro de la HaMerah Betoulot en Livorno hasta el final del siglo XIX. Un Caló era responsable de una organización de caridad que cuidaba a los recién nacidos, independientemente de su origen étnico.

Maurizio Cardoso fue el Director y Jefe de Cirugía del Hospital Italiano Garibaldi y del Hospital Israelita. La mayoría de los livorneses eran gente acomodada y varios de ellos eran propietarios de bancos. Pero poco a poco fueron retirándose de los negocios y antes de la Independencia de Túnez, todos los livorneses eran médicos, abogados, científicos y profesores, todos se habían educado en las universidades italianas y francesas. Los livorneses de Túnez eran patriotas italianos todavía agradecidos a la Toscana y también a Italia por haber sido tan generosas por haberle brindado refugio a los perseguidos por el terror de las Inquisición de España y Portugal. 

Las organizaciones benéficas judías estaban orientadas a resolver  las necesidades de los judíos tunecinos más pobres y a menudo analfabetos que vivían en un área confinada, llamada Hara, pero también de los campesinos sicilianos y de la clase trabajadora que vivían en el barrio llamado la Piccola Sicilia (la pequeña Sicilia) donde familias enteras vivían en una pequeña habitación.

Los livorneses continuaron prosperando en Túnez después de que los franceses tomaron el poder a finales del siglo XIX. Sin embargo, con la promulgación de las leyes racistas de Mussolini en 1938, los niños livorneses comenzaron a ser expulsados de las escuelas italianas. Las escuelas francesas los aceptaron pero con las leyes antisemitas promulgadas por la Francia de Vichy del Mariscal Petain, recomenzaron la discriminación y persecuciones.

Las cosas empeoraron más aún con la llegada de los nazis, que ocuparon Túnez después de la invasión aliada de África del norte en noviembre 1942. Jóvenes judíos fueron sometidos a trabajos forzados, la comunidad judía tuvo que pagar grandes multas y varios miembros prominentes de la comunidad – principalmente Livorneses – fueron encarcelados como rehenes. Algunos fueron deportados a Auschwitz. Afortunadamente la ocupación alemana de Túnez fue de corta duración. En mayo de 1943, los ejércitos aliados derrotaron a los alemanes y liberaron Túnez. Después de la liberación, la situación continuó siendo difícil para los livorneses. Ahora eran considerados italianos y por lo tanto enemigos de Francia por la misma administración que había establecido las leyes antisemitas de Petain sólo dos años antes.

 Doscientos Livorneses fueron puestos bajo arresto domiciliario en el sur del país. Los médicos tenían prohibido tratar a los pacientes, fueron confiscadas sus casas  y se les impusieron  otras severas sanciones . Afortunadamente, la intervención de la Embajada Americana y la masonería detuvieron en gran parte esta nueva e inesperada persecución. Sin embargo, la gran mayoría de los Livorneses eligieron ser franceses y poco a poco se integraron totalmente en la sociedad francesa.

 Irónicamente, tras la independencia todos  los no-musulmanes de Túnez, judíos y cristianos, fueron obligados a irse. En todas partes, han desaparecido las comunidades portuguesas como una entidad distinta. En Livorno y en otras ciudades italianas se encuentran a judíos de Libia pero sólo unos pocos de origen sefaradí.  En Túnez la población judía es mínima y allí no ha quedado ningún livornés. La mitad de los judíos tunecinos – Touansa – están en Francia, mientras que la otra mitad vive en Israel. En ambos países, suelen ser médicos, abogados, científicos y profesores, han avanzado y prosperado en menos de dos generaciones.

Hoy en día, los livorneses pueden encontrarse en Italia, Francia, Estados Unidos y algunos en Israel. Sólo unos pocos de ellos son comerciantes  hoy en día, pero algunos son todavía tan pretenciosos como siempre lo han sido.

Milim quiere agregar que esa es la opinión del autor del artículo original,

Tradujo Alicia Benmergui

Fuente: Giacomo Nunes. Centro Primo Levi Online Monthly March 26, 2014

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