PESAJ La Fiesta de nuestra Libertad

 


* PESAJ * 
El mundo ha girado una vez mas y ya nos hallamos en vísperas de Pesaj, tratando de que todo brille para que el Seder comience en el mejor de los ámbitos hogareños posibles y esto está relacionado con la eliminación del jametz.
Un texto de una historiadora francesa, Perrine Simon Nahum, que narra como es Ser judío en Francia, nos cuenta que “En la mesa el judío aprende su ‘diferencia´ y la historia de su pueblo.
Añade que en la ausencia de un mediador en la enseñanza del judaísmo  una de la cual es asumida por la mujer, es una de sus fuerzas.
Se permanece vinculado a las tradiciones no tanto por su significado religioso como por su simbolismo personal, Cuando se reconstituye el mundo de la infancia, a través de sus olores y gustos, la memoria individual reencuentra el rito.
Cada plato, cada sabor, es un elemento de la memoria. Memoria de los sagrado, memoria del pasado. La mesa es el lugar pedagógico de una religión de la narración. Las fiestas recuerdan acontecimientos que han jalonado la historia del pueblo judio. Los platos los representan”.
Y es de todas estas cosas que estamos hablando, cocinando las diversas variantes de acuerdo a nuestros orígenes para agasajar a nuestra familia y amigos del mejor modo posible, con nuestro guefilte fish, o con nuestra riquísima sopa de pecho, habas y verduras, o con los deliciosos kneidalajs. La casa estaré impecable, adornada con flores y el mejor mantel estará en nuestra mesa para agasajar en nuestro reino a nuestros seres queridos.
La keará estará preparada para ilustrar el relato de las historia del Éxodo, el jarosetnos recordará el barro con el que se hacían los ladrillos de las pirámides en Egipto, la lechuga y el apio con agua y sal nos recordará la amargura de esos días como el jrein la amargura de la esclavitud, el ala de pollo el brazo señala el camino del Exodo rumbo a la Tierra Prometida, el huevo duro nos recuerda el origen de la vida pero también como es costumbre entre los judíos, que las cosas tienen diferentes interpretaciones y esta es una de ellas, recordará que el Pueblo Judío es como el huevo, cuanto más lo hierven más duro se pone.
Tres matzot, una encima de la otra están envueltas con mucho cuidado, representan a los Cohanim, a los Levitas y al pueblo de Israel.
La lectura del Seder y los hechos que acontecieron en el pasado serán leídos en la Hagadá de Pesaj, las hay de todos los tipos y colores, algunas muy hermosas y artísticas, otras hechas por nuestros hijos, hay tantas como judíos y hay algunas muy viejas, con manchas de comida o vino y también de lágrimas, que pertenecen a nuestro patrimonio familiar.
También hay cuatro copas de vino y una quinta para brindar por la llegada de Eliahu Hanavi. En una jarra y un recipiente con que será volcado recordando las plagas y lo que sucedió en aquellos días y luego rápidamente y derramadaspara no contaminarnos con su contacto.
El anfitrión, el padre, el abuelo se sentará como si fuera el rey de su casa (el único lugar donde un judío podía sentir la dignidad de su existencia) y esa noche que empieza con el Ma Nishtaná, todos los judíos recordarán como era ser esclavo, como era ser pobre, para que nunca dejen de la valorar la libertad y la capacidad de luchar de ella y para que no se vuelvan soberbios y recuerden el valor de la solidaridad con aquellos que no tienen nada.
También en esa festividad que dura siete días, donde los judíos no comerán harina, y la matzá servirá para recordar la pobreza de los que deambulaban por el desierto, también los judíos atenuarán el goce de la celebración por el sufrimiento padecido por los egipcios en esta lucha por su libertad llevada a cabo por el Pueblo Judío.
En esta que también es la fiesta de la primavera para nuestro pueblo queremos compartir el deseo de Jag Ha Pesaj Sameaj con todos nuestros hermanos y amigos. El mundo ha girado una vez mas y ya nos hallamos en vísperas de Pesaj, tratando de que todo brille para que el Seder comience en el mejor de los ámbitos hogareños posibles y esto está relacionado con la eliminación del jametz.
Un texto de una historiadora francesa, Perrine Simon Nahum, que narra como es Ser judío en Francia, nos cuenta que “En la mesa el judío aprende su ‘diferencia´ y la historia de su pueblo.
Añade que en la ausencia de un mediador en la enseñanza del judaísmo  una de la cual es asumida por la mujer, es una de sus fuerzas.
Se permanece vinculado a las tradiciones no tanto por su significado religioso como por su simbolismo personal, Cuando se reconstituye el mundo de la infancia, a través de sus olores y gustos, la memoria individual reencuentra el rito.
Cada plato, cada sabor, es un elemento de la memoria. Memoria de los sagrado, memoria del pasado. La mesa es el lugar pedagógico de una religión de la narración. Ls fiestas recuerdan acontecimientos que han jalonado la historia del pueblo judio. Los platos los representan”.
Y es de todas estas cosas que estamos hablando, cocinando las diversas variantes de acuerdo a nuestros orígenes para agasajar a nuestra familia y amigos del mejor modo posible, con nuestro guefilte fish, o con nuestra riquísima sopa de pecho, habas y verduras, o con los deliciosos kneidalajs. La casa estaré impecable, adornada con flores y el mejor mantel estará en nuestra mesa para agasajar en nuestro reino a nuestros seres queridos.
La keará estará preparada para ilustrar el relato de las historia del Éxodo, el jarosetnos recordará el barro con el que se hacían los ladrillos de las pirámides en Egipto, la lechuga y el apio con agua y sal nos recordará la amargura de esos días como el jrein la amargura de la esclavitud, el ala de pollo el brazo señala el camino del Exodo rumbo a la Tierra Prometida, el huevo duro nos recuerda el origen de la vida pero también como es costumbre entre los judíos, que las cosas tienen diferentes interpretaciones y esta es una de ellas, recordará que el Pueblo Judío es como el huevo, cuanto más lo hierven más duro se pone.
Tres matzot, una encima de la otra están envueltas con mucho cuidado, representan a los Cohanim, a los Levitas y al pueblo de Israel.
La lectura del Seder y los hechos que acontecieron en el pasado serán leídos en la Hagadá de Pesaj, las hay de todos los tipos y colores, algunas muy hermosas y artísticas, otras hechas por nuestros hijos, hay tantas como judíos y hay algunas muy viejas, con manchas de comida o vino y también de lágrimas, que pertenecen a nuestro patrimonio familiar.
También hay cuatro copas de vino y una quinta para brindar por la llegada de Eliahu Hanavi. En una jarra y un recipiente con que será volcado recordando las plagas y lo que sucedió en aquellos días y luego rápidamente y derramadaspara no contaminarnos con su contacto.
El anfitrión, el padre, el abuelo se sentará como si fuera el rey de su casa (el único lugar donde un judío podía sentir la dignidad de su existencia) y esa noche que empieza con el Ma Nishtaná, todos los judíos recordarán como era ser esclavo, como era ser pobre, para que nunca dejen de la valorar la libertad y la capacidad de luchar de ella y para que no se vuelvan soberbios y recuerden el valor de la solidaridad con aquellos que no tienen nada.
También en esa festividad que dura siete días, donde los judíos no comerán harina, y la matzá servirá para recordar la pobreza de los que deambulaban por el desierto, también los judíos atenuarán el goce de la celebración por el sufrimiento padecido por los egipcios en esta lucha por su libertad llevada a cabo por el Pueblo Judío.

En esta que también es la fiesta de la primavera para nuestro pueblo queremos compartir el deseo de Jag Ha Pesaj Sameaj con todos nuestros hermanos y amigos.

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