Radio SEFARAD de España . Prof. Alicia Benmergui

Sefarad: exilio y clandestinidad (22° parte):

SEFARDÍES EN POLONIA

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MILÍM: LA HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI

En 1516 el Imperio Otomano conquistó el territorio donde se hallaba Palestina. Allí, los dos grandes centros de la inmigración sefardí fueron Jerusalén y, principalmente, Safed, ciudad ésta que se transformó en el siglo XVI en un emporio económico y en un gran centro religioso y cultural. Estos migrantes sefardíes llegaron masivamente desde Turquía, los Balcanes y el Norte de África. Su rasgo más determinante fue que su traslado respondía a motivaciones religiosas. También hubo otras razones que pudieron contribuir a la elección de Safed como lugar de inmigración preferente de los sefardíes en Palestina: su posición estratégica, en las proximidades de Siria y en la ruta por la que, desde el noroeste del Imperio Otomano, los judíos se dirigían en peregrinación a Jerusalén. La falta de interés religioso de cristianos y musulmanes por esta ciudad, que no era para ellos lugar sagrado, además del aura de santidad que tenía para los judíos desde el punto de vista religioso (ya que en sus proximidades se hallaban las tumbas de diversos “tannaim’, los maestros de la Ley Oral, trasmisores directos de una tradición trasmitida del maestro al talmid- estudiante – que fue escrita y codificada como basé para la Mishná, y las enseñanzas del Talmud) fuie fundamental. Entre ellos uno de los más sobresalientes fue Shimón Bar Yohai que se hallaba enterrado en el monte Merom.

 En el segundo cuarto del siglo XVI la comunidad judía de Safed experimentó un importantísimo crecimiento demográfico, del que nos dan cuenta algunas fuentes de la época. Una de ellas fue la crónica de la que es autor el judío italiano Mosheh Bassola. Desde el punto de vista económico, Safed sobresalió a lo largo del siglo XVI como centro de un activo comercio de grano y de productos textiles entre Palestina, Siria y Líbano, así como por su industria textil, lo que abría enormes posibilidades a artesanos y pequeños mercaderes. Esta manufactura textil proporcionaba trabajo a miles de judíos y representaba la principal fuente ingresos de la comunidad, pues existía una enorme demanda de la que era su u principal especialidad, los tejidos teñidos, en la que eran maestros los judíos sefaradíes que se fueron al Imperio Otomano. La materia prima la obtenían de la lana de oveja

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