ROSH HASHANÁ y YOM KIPUR
* LOS DÍAS AUSTEROS
Por: Moshé Korin
EN QUÉ SE DIFERENCIAN DE OTRAS FESTIVIDADES.
Si comparamos los Días Austeros (“Iamin Noraím”), Rosh Hashaná y Iom Kipur, con otras festividades del calendario hebreo, encontramos que se diferencian desde sus bases.Pésaj, Shavuót y Sucót tienen su origen en acontecimientos históricos, religiosos y nacionales: un pueblo se libera de la esclavitud, recibe la Torá en el Monte Sinaí, se forja en una trabajosa marcha a través del desierto. En contraposición a esto, los Días Austeros ostentan un carácter singular: pertenecen al mundo de la espiritualidad y de la fe, y al mismo tiempo exaltan los valores que son comunes a todo el género humano.
Rosh Hashaná, el comienzo del año judío, no alude a ningún suceso histórico, sino al momento en que fue creado el mundo. Y aun en el caso de que nuestra versión al respecto no coincida con la tradicional, los valores morales de ésta última no se ven menoscabados, ya que la aparición en escena de Adán, el primer hombre, nos señala que todos somos, por igual, sus descendientes: con los mismos derechos, sin que puedan existir “razas superiores”.
Fiestas Judías: Rosh Hashaná
¿QUÉ SOÑÓ EL PUEBLO JUDÍO?.
Cada pueblo genera sus propios sueños, y en ellos expresa sus particularidades, sus esperanzas. ¿Qué soñó el Pueblo Judío? – Nada menos que instaurar el Reino de Dios en la Tierra, esto es, el Reinado del Derecho, el Imperio de la Paz. ¿Qué nos transmiten las plegarias de Rosh Hashaná, el día inicial del año judío? – Nos muestran a los descendientes de los profetas reunidos para rezar por la felicidad del género humano, por la paz universal. En el día de Rosh Hashaná, que es el Día del Gran Juicio, “Iom Hadín”, el judío casi no menciona a sus enemigos, a los seres malvados. Lo que pide es que desaparezca la maldad, que los transgresores se transformen y busquen la justicia. Esta idea aparece con toda claridad en la hermosa plegaria titulada “Aleinu leshabéaj” (“Debemos alabar”). Es así como el Pueblo Elegido entiende su misión universal.
EXAMEN DE CONCIENCIA.
Los Días Austeros marcan un tiempo de examen de conciencia, tanto para el individuo como para la comunidad. Si Pésaj es la fiesta de la liberación nacional, Rosh Hashaná celebra al hombre libre: Aquél que se siente moralmente responsable no sólo por lo que hizo, sino también por lo que dejó de hacer… Y que no necesita de intermediarios para revisar su conducta, para el arrepentimiento y la corrección. De ahí el valor universal y humano de esta festividad.
“TESHUVÁ” (PENITENCIA, RETORNO A LA BUENA SENDA).
Según la tradición judía, el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Sin embargo, a menudo se aparta de la buena senda. Esto originó la idea de “teshuvá”, que ocupa un lugar prominente en las plegarias de Rosh Hashaná y de Iom Kipur. Consiste en estimular al ser humano para que no pierda el ánimo, para que siga confiando en sus propias fuerzas: siempre hay un camino de retorno.
La idea de “teshuvá” como regalo del cielo, patrimonio de toda la Humanidad, se expresa claramente en un texto bíblico: el Libro del Profeta Jonás (“Séfer Ioná”). Dios envía al profeta judío Jonás a Nínive, en Asiria, la ciudad donde reina el pecado. Quiere que llame a sus habitantes al arrepentimiento, para concederles el perdón. Jonás se resiste, pero Dios lo obliga a cumplir su cometido, porque la piedad divina abraza a todos los hombres sin distinción. Por último, la gente de Nínive escucha al profeta, se arrepiente de sus pecados y es perdonada.
No es casual que esta historia eminentemente universalista sea leída en las oraciones de la tarde (“minjá”) durante los oficios religiosos de Iom Kipur.
¡SHANÁ TOVÁ UMETUKÁ! 5777